Lo importante es pequeño. Nuestra actitud, un segundo.
Y los días que pasan, no son más que un sueño.
Vives en tu mundo. Y te mienten porque dejas.
Ni réplicas, ni quejas,
siguen vacíos.


viernes, 28 de enero de 2011

Utópico cambio

¿Cómo no voy a ser soñadora?
¿Cómo no voy a pensar más allá de lo establecido, de lo políticamente correcto?

Es verdad, la mayoría de las cosas que nos rodean escapan a nuestra comprensión y a nuestra acción. La mayoría de las cosas las vemos alejadas y tristemente distintas a nosotros mismos. Pero no es así, nunca es así, y llegará un momento que nos daremos cuenta.

Siempre lo digo, no creo en nada, y no me averguenzo, ni me entristezco por ello. No necesito creer en algo que para mí no tiene forma, no es terrenal y no pertenece a este mundo. Porque yo creo en algo que sí que es verdadero. Creo en el ser humano. En el ser humano en toda su concepción, su definición, su idea, su momento. Creo que en su virtud y en su maldad. Creo en su progreso y en su destrucción. Creo en la intelectualidad, en el arte, en la belleza y en lo grotesco. Creo en la subjetividad y en la objetividad, humanas las dos... Creo en la imaginación, creo en el cambio.
Creo que somos maravillosos y catastróficamente horribles. Creo que el ser humano es el ser más perfecto e imperfecto. Creo en las contradicciones poéticas, las adoro.
Pero por encima de todo creo en la conciencia moral y en la empatía. Si esos factores fueran más determinantes, creo que las cosas serían distintas. No necesito ningún dios teniendo todo lo que me rodea. Creo en nuestro cambio y en nuestra comprensión, verdad ínfima de todas las cosas.
Creo en ti que quieres cambiar. Porque creo que para llegar a querer el cambio es porque te has comprendido a ti mismo como ser humano.
Creo en el cambio, en nuestro cambio.
Y eso sí que puede ser una utopía.



3 comentarios:

  1. creer que se puede cambiar es bueno pero ojo, hay circunstancias que no van a cambiar de un dia para otro, asi que hay que tener paciencia.

    suerte.

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  2. Nadie dijo que fuera fácil, pero no creo que sea inalcanzable. Confío en las personas y confío en que se pueda hacer. Pero sí, poco a poco.

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  3. Todas y todos tenemos una burbuja, un contexto, un barrio al que pertenecemos. Y cada uno tiene la responsabilidad de mejorar su burbuja. No valen excusas, ni tirar la toalla. No vale. Lo único que vale es la coherencia, la empatía, la solidaridad y el respecto por el planeta en el que moramos. Y todos podemos hacer algo. Esa es la grandiosidad, en que el ser humano puede ser nuestro Dios y nuestro Demonio. Y nos toca elegir... Buena entrada Manuela.

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