Permanecemos en una ensoñación adolescente que nos adormece de la realidad. Pero nunca sabemos hasta qué punto podemos llegar a despertar. Creemos que somos libres, pero parece que no perseguimos ninguna libertad. La generación perdida nos llaman, y en parte es verdad. Pero también son ellos, todos y cada uno de ellos que nos acusan de sus errores.
Yo no quiero ser así, necesito encontrarme. Necesito encontrarme contigo y con él. No puedo permanecer aislada, no puedo, ni quiero. Pero, ¿estaré dispuesta a renunciar por ello? ¿Cuánto se ha de perder, cuánto se ha de dejar escapar para ser consciente?
Abrir los ojos, recordar, pensar, y actuar. ¿Te vienes conmigo?
VI Jornadas Educación y Exclusión Social.
Por supuesto, te acompaño, te animo a seguir "desvariando".
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